La comida es la comida es la comida – Un manifiesto
La comida.
Todos la tenemos. Todos la necesitamos.
Los alimentos, entre otro par de cosas, son la esencia misma que nos mantiene vivos.
La comida es la vida misma. Puede ser dulce, picante, suave o deliciosa.
Desencadena emociones y recuerdos.
Es una excusa para reunirse, para tomar un descanso, para salir a la calle, e incluso para visitar nuevos lugares.
La comida es cultura.
Comemos muchas veces al día, y cada comida lleva el peso de muchas decisiones que deben ser tomadas, seamos conscientes de ello o no. Debido a su papel, también es una gran herramienta para hacer frente a muchos problemas.
Cada decisión es importante, desde nuestras preferencias alimentarias a nuestra selección de ingredientes y los proveedores desde donde vienen.
No importa lo que comamos, nuestra opción de dieta o los ingredientes, se trata siempre de algo que está siendo producido por alguien, en algún lugar. Es trasladada una cierta distancia, es vendida en una tienda específica, manipulada por diferentes manos que ganan diferentes tarifas y hacen diferentes esfuerzos. Ha pasado por diferentes procedimientos y ha estado en contacto con diferentes materiales y sustancias.
Una vez que ha llegado a nuestra boca, puede haber sido preparada por nosotros, o alguna otra persona, utilizando diferentes procedimientos y energías antes de que llegue a nuestros platos. Las platos y utensilios que han sido elegidos, han hecho ellos mismos un camino muy similar.
¿Y dónde están esos platos, en una mesa, en donde?
¿Quién pone la mesa? ¿quién está haciendo los platos? ¿con quién estamos compartiendo nuestra comida?
Las decisiones que tomamos, ya través de las cuales se han realizado otras decisiones, son casi innumerables, ¿pero somos conscientes de ello? Como personas que nos alimentamos, desempeñamos un papel importantísimo donde cada decisión hace una diferencia en el mundo y en la vida de muchas personas – de las nuestras propias!
Es el tiempo de aprender, cuestionar, comprender y unir los puntos. No nos podemos permitir el lujo de no hacerlo. Por nuestro propio bien, por el bien de los que nos rodean, para nuestros nietos, por el planeta – nuestro hogar.
Al compartir esta mesa, esta comida, este momento de cuidar el uno de los otros, sobre lo que nos nutre y sobre nuestra vida, estamos comenzando la conversación. Estamos celebrando los encuentros, las interacciones, las diferencias y un despertar.
Estamos agradecidos y agradecidas por lo que tenemos, la alimentación, la vida, y otros con quienes compartirlo.
Este trabajo fue desarrollado por Silvana Juri durante sus estudios de Maestría, en Brighton, Reino Unido, en noviembre de 2015.
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